Cuando entran tantas manos a preparar un plato, es bien probable que se dañe la receta original.Eso parece haber pasado en Protagonistas de Novela, un producto que siempre había tenido una identidad muy clara hacia la búsqueda de unos protagonistas de telenovela, formados en la disciplina de la actuación.
Hemos visto casos ejemplares como el Daniel Arenas, Sara Corrales y muchos más.En el tema de presentación, yo decidí que sería bueno buscar talento dentro de la casa estudio, formando algunas candidatas, y el experimento resultó siendo exitoso con nombres como Catalina Gómez, Cristina Hurtado, o Sara Uribe.
Una de las versiones más exitosas a nivel de rating y de opinión, tuvo que ver con la permanente participación en pantalla de su directora, Analía Michelangelo, que hace muy bien su trabajo como directora, pero que, además,tiene mucha gracia ante las cámaras.
La presencia de una presentadora como Andrea Serna,con cada una de sus intervenciones,le daba elegancia y dramatismo y, además, mantenía la distancia entre los participantes y el mundo exterior.
Jurados como Isabella Santodomingo le agregaban ironía y humor,así como el cuerpo de instructores,conformado por profesionales y no por principiantes.
El tema del deterioro de la moral, que busca cada vez más bajezas entre los aspirantes, acompañado con el alcohol, ha hecho que las situaciones que se presentan, sean y se vean desagradables, dejandode lado cualquier prejuicio.
El hecho de que salgan de la casa estudio, de que las cámaras no busquen el talento, sino el morbo, entre otras cosas, ha castigado duramente el formato con el peor rating de sus temporadas.La impresión que tengo es que el formato se convirtió en una colcha de retazos, sin un norte definido y en donde el mal gusto impera.
Participar en el reality sigue siendo una aspiración para la juventud, que busca una oportunidad, pero sí debería retomar el rumbo de formar talento actoral para sacar adelante verdaderos protagonistas y no protagonistas del escándalo.
Escrito por: Sergio Barbosa