Los trastornos mentales afectan nuestro bienestar emocional, psíquico y social. Nuestra manera de pensar, nuestro humor, nuestro comportamiento y nuestra forma de ver la vida. Porque mereces ser más feliz, vivir más sano y tener una vida más gratificante, aquí te presentamos este artículo que puede ser de gran utilidad.
- Trastorno de estrés postraumático
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) puede desarrollarse después de la exposición a un aterrador incidente o luego de una amenaza de daño físico (por ejemplo, el abuso, la violación, una experiencia cercana a la muerte, o el combate militar). Las personas con trastorno de estrés postraumático tienen pensamientos persistentes que parecen muy reales y, con frecuencia, parecen revivir sus experiencias como si estuvieran ocurriendo de nuevo. También pueden sentirse entumecidas o ser fácilmente asustadas. El 3,5 % de la población tiene trastorno de estrés postraumático.
2. Desorden bipolar
Anteriormente llamado “trastorno maníaco depresivo”, el trastorno bipolar es experimentado por el 2,6 % de la población. Es un trastorno del estado de ánimo donde hay cambios inusuales en él, en los niveles de energía y en la capacidad de hacer el trabajo. Las personas con trastorno bipolar tienen cambios de manía (donde se pueden sentir o eufóricas o irritables, estarán llenas de nuevos proyectos y hablando a mil por hora) y depresión (donde se sienten tristes, sin esperanza y pierden interés en la vida).
3. Depresión
La depresión mayor se encuentra en el 6,7 % de la población. Esto causa síntomas graves que alteran la capacidad del individuo para comer, dormir o trabajar. La persona deprimida no puede obtener placer de la vida, incluso de las actividades que anteriormente le producían alegría. La depresión se trata con antidepresivos y con terapia.
4. Adicción
Alrededor del 10 % de la población, sobre la edad de doce años, tiene una adicción. Una adicción es cuando una persona llega a ser psicológicamente dependiente y siente que cada día necesita más de ella. Las drogas, el alcohol y los juegos de azar son muy comunes en las adicciones. El tratamiento de la adicción es muy complejo pero puede tratarse en una unidad segura, donde no habría un período de abstinencia. La terapia cognitivo-conductual se utiliza con frecuencia.
5. Esquizofrenia
La esquizofrenia se encuentra en 1,1 % de la población. Se pueden presentar síntomas positivos (síntomas que se encuentran en las personas con esquizofrenia, pero no en la población en general, como alucinaciones o delirios) o síntomas negativos (falta de características que se encuentran en la población general, como la unidad o el deseo de establecer relaciones sociales).
La esquizofrenia se debe tratar con la educación, pero, con frecuencia, también se utilizan para su tratamiento, antipsicóticos como la clorpromazina y haloperidol.
6. Desorden alimenticio
Muchos millones de personas sufren de un trastorno alimenticio. Los trastornos de la alimentación no significan estar comiendo “caprichos”. Tienen que ver con una persona que trata de tener cierto control sobre su vida por medio de los alimentos. Los trastornos alimenticios afectan a personas de todos los orígenes, y se han observado en personas hasta de setenta años.
Hay cuatro tipos principales:
- Anorexia nerviosa
- La bulimia nerviosa
- Trastorno por atracones
- Trastorno de la alimentación no especificado (TANE)
El tratamiento de un trastorno de la alimentación puede llevar mucho tiempo y el tratamiento hospitalario puede ser necesario para obtener el peso adecuado y para que las personas que lo padecen, vuelvan a los límites normales. Los antidepresivos pueden ser utilizados, ya que alrededor del 50 % de los pacientes con trastornos de la alimentación, también tienen depresión.
HÁBITOS PARA PREVENIR TRASTORNOS MENTALES
- Alimentación
Se recomienda el consumo de vitamina B y DHA, que es un ácido graso que forma parte del Omega-3, y se puede encontrar en pescados de agua fría como el salmón, la sardina y el atún (sin enlatar).
- Ejercicio
Realizar actividades físicas permite la correcta circulación sanguínea en los vasos cerebrales que optimizan la función mental.
Existen dos clasificaciones de enfermedades mentales, las de enfoque neurológico, como la demencia, y las alteraciones neuropsiquiátricas, como los trastornos de la conducta, la depresión y la ansiedad.