¿De qué se trata el tema de influir de manera masiva?

De lograr convertirse en un referente, en un líder, bien por el estilo, por el conocimiento o por la experiencia. Los políticos han llevado este privilegio durante siglos, así como los líderes religiosos, algunos maestros y personalidades del espectáculo o leyendas de la música o el cine.

Un privilegio que estaba destinado para unos pocos que ni siquiera eran conscientes del tema.

Líderes que han llevado a las masas a la locura como Hitler; líderes que han creado toda una religión como Cristo o Mahoma; diseñadores que han conseguido darle un  giro a la moda como Dior o Chanel; escritores como García Márquez, músicos como Madonna o Menudo, los ejemplos pueden ser infinitos.

Pero hoy en día un influenciador es cualquiera que tenga una cuenta exitosa en Instagram, un tema que se ha puesto de moda en el marketing digital. Señoras que hablan de cómo cuidar el pelo, artistas que pintan cuadros, animalistas que cuidan gatos, blogueros que posan con marcas de moda, gastrónomos que muestran platos. El tema parece no tener límites, más en tiempos en los que los robots pueden comprar seguidores para inflar las cifras, las interacciones o los likes.

Es cierto que existen personas que logran dirigir las influencias, pero eso no lo podemos determinar por su audiencia, es más un tema de personalidad, de afinidad y, sobretodo, de marca personal.

En este momento en el que la publicidad digital comienza a morder la torta de los presupuestos globales, los llamados influenciadores y sus agentes, pescan en rio revuelto y existe una demanda importante. Pero si hay algo que no debe hacer un verdadero influenciador es presentarse o, lo que es peor, ser presentado como tal, eso le resta cualquier credibilidad. Un punto importante es analizar que no todo famoso es influenciador ni todo influenciador es famoso.

En este universo donde la moneda de cambio es un click, los estudios tienden a buscar métodos de mediciones exactos que determinen el precio o el nivel de la influencia, para que los embajadores de una marca no se conviertan en embajadores de la India.

Escrito por: Sergio Barbosa