Hablar del bicicrós colombiano, es traer a colación una de las disciplinas que más títulos internacionales le ha dado a la bandera tricolor: seis medallas olímpicas adornan la historia de esta modalidad del ciclismo, y eso por citar solo la máxima justa deportiva existente.
Ahora, para quienes lo viven internamente, el también conocido como bicicrós de carreras, es sinónimo de familia, dado que tras un atleta que busca ser el más rápido al bajar del partidor, existen un papá, una tía, unos hermanos y hasta unos abuelos que no dejan de alentarlo, como si creyeran que cada grito da más fuerza a quien pedalea.
El bicicrós es un deporte que se transmite de generación de generación por las diferentes pistas de Colombia y de esto sí que sabe Lorenzo Idárraga Celis, corredor de 9 años, que heredó este gusto por la bicicleta gracias a su papá, Juan Idárraga, y que hoy, a su corta edad, goza de un pasaporte que cualquier mochilero envidiaría, gracias al amor por las bielas.
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“Mi primera bicicleta me la dieron cuando tenía un año, era una sin pedales, y desde ahí me empezó a gustar este deporte. Cuando iba creciendo, iba entrenando más con mi papá, que es mi entrenador”, contó Lorenzo.
Quien ya luce en su palmarés varios títulos nacionales y diferentes medallas del Campeonato Nacional de Estados Unidos, representando al equipo ‘W Élite’.
El BMX se puede empezar a practicar desde la primera infancia, siempre y cuando el niño sepa caminar y pueda estar encima de una bicicleta. Desde los dos años pueden empezar sin problema.
Juan practicó este deporte por casi tres décadas, hecho que le ha servido para transmitir su conocimiento a Lorenzo, quien se caracteriza por ser un piloto aguerrido en la pista.
Padre e hijo en el bicicrós
Muchos pensarían que la relación de padre e hijo podría mezclarse con el vínculo entrenador–pupilo, pero no es así, tema que el corredor, también conocido como el ‘Correcaminos’, tiene muy claro.
“Cuando estamos por fuera, es mi papá; pero cuando estamos en la pista, es mi entrenador, y le hago caso en todo, y más que él también vivió todo esto”, comentó Lorenzo.
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A veces, al escuchar hablar al pequeño Lorenzo, pareciera que detrás de él existiera un hombre que ha vivido, pues sus palabras y sus sueños los tiene tan claros como aquel que ha experimentado mucho: “Quiero ser campeón mundial y olímpico”, son algunas de las metas que profesa.
Ojalá en un par de años, escribamos acá que Lorenzo y Juan Idárraga bañan en oro a nuestro país.
BMX fue considerado deporte olímpico en el 2008. Hizo su debut en los Juegos Olímpicos de Beijing ese mismo año.
