Un niño que nunca crece, que odia el mundo de los adultos, fue creado por el escritor escocés, James Mattew Barrie, en 1.904, para una obra de teatro que se estrenó en Londres. Tiene la capacidad de volar y vive en una isla poblada por piratas, hadas y sirenas; son múltiples las apariciones y versiones del personaje, pero a mi vida llegó para ser resucitado cada 31 de Octubre.La idea de esa filosofía que afirma que crecer es una trampa, la comparto del todo. Mi gran maestro en la vida, Kendon McDonald, otro escoces, fue el primero en pedirme que me disfrazara del niño eterno, Kendon murió y Peter Pan sigue resucitando cada año.
Cada uno de nosotros quiere disfrutar de la fiesta de Halloween a su manera. En Bogotá se convirtió en una versión de carnaval: las calles se llenan de insinuantes diablas, mujeres maravilla, “seximaléficas” colegialas y hombres Drácula, guerreros, perros aparatosos, zombiso cualquier personaje adicional.
La fiesta de Halloween es un gran acontecimiento y un estímulo a esa economía naranja que durante dos semanas inunda las calles con pelucas,capas y espadas.
Los lentes de contacto de colores se agotan.A los colombianos nos encanta disfrazarnos, tal vez es una manera de escapar,por una noche, de una dura realidad.Las discotecas no dan abasto ni el tráfico tampoco.
Es una fiesta de origen pagano que se celebra la noche anterior al Día de todos los Santos, pero para disfrutar de esta fantasía colectiva, se deben tener en cuenta varios puntos.Piense que su traje sea cómodo, si se disfraza de gorila, es muy probable que no la pase muy bien; evitemos, además, la connotación de sexshop, muchas jóvenes, ese día, parecen escapadas de las vitrinas de esas tiendas.
Recuerde, también,que muchos delincuentes aprovechan la máscara, así que es mejor no dar papaya.
Es una oportunidad para volver a ser niños y divertirse, así que los planes colectivos de comparsas en oficinas y universidades pueden ser muy entretenidos.Elijan siempre el disfraz que más se asemeje a su personalidad, yo no he logrado superar a Peter Pan, en búsqueda de bellas campanitas que iluminen las pantallas del entretenimiento.
Escrito por: Sergio Barbosa