El escritor Oscar Wilde escribió que “definir es limitar”, sin embargo, a Estefanía Useche se le puede describir con una palabra: artista… Así se concibe, así vive, así se presenta, así la conocí.

 

Enamorada de la radio, tecnóloga en negocios internacionales, bohemia, cantante,  futbolista, comunicadora social, periodista, perspicaz, escritora, actriz, honesta, persona, teatrera, humorista; oficios, trabajos, cualidades, características, definiciones. Algunos dirían encasillamientos, yo creo que es un leve acercamiento a lo que ella es en medio de sus múltiples quehaceres, aficiones, pasiones y gustos.

 

¿De qué manera llegó el arte a su vida?

Todo empezó en la época de la escuela. Yo quería ser cantante, admiraba a Celia Cruz y por eso ingresé al coro. El asunto fue que por mi voz grave y por las características de las voces de los coros, la profesora me frustró (risas), porque nunca me puso a
cantar.

Dado esto, me pasaba las tardes sola, en mi casa. Me paraba frente al espejo y empezaba a imaginarme todo un universo y luego me percataba de que todo lo que yo creaba se parecía mucho a lo que veía en las noches, en las telenovelas, junto a mi mamá… Creo que en ese momento llegó el arte a mi vida, de una forma indirecta y en medio de mi cotidianidad.

Desde ese momento me interesé por participar en las obras de teatro, presentaciones y todo este tipo de actividades, en la escuela y el colegio.

 

¿Cómo fue la experiencia de la primera vez en la que se presentó en un teatro?
Recuerdo que fue ‘El Avaro’, una obra de Molière. Tenía mucho susto, me iba a enfrentar a un público que pagó por irme a ver durante una hora. Los guiones eran muy difíciles, porque gran parte de su lenguaje estaba en castellano antiguo y muchas de las palabras no las entendía, sin embargo, en medio de todo, me lo gocé, todo fluyó.

Me dio mucha emoción porque mi mamá y mi papá estaban ahí, los vi disfrutando, en especial a mi mamá.

 

Cuando le contó a sus papás que se iba a dedicar al teatro, ¿cómo lo tomaron?
¡Fue muy difícil! Ellos siempre me apoyaron porque creían que lo del teatro era un pasatiempo, no una profesión, y más porque tenían la visión del artista que anda por la calle, desordenado, viviendo del aire. No obstante, me mantuve firme en la decisión e incluso le dije a mi papá: “No te metas”.

Me presenté a artes en la Universidad de Antioquia, estuve seis meses, pero decidí retirarme porque sentí que en el programa de arte dramático no había una convicción sobre la vida, es decir, siguen creyendo que vivir del arte es algo mágico, pero no una opción de vida, que de su arte usted tiene que generar un producto.

 

¿Y qué pasó después?
Yo tenía claro que iba a hacer teatro, no en el pregrado, pero sí con todo el rigor. Ahí fue cuando llegué a la Casa Teatro Tecoc, de la ciudad de Bello y fue, precisamente ahí, donde empecé no solo a participar en escenas, sino que además comencé a ahondar en el stand up comedy.

 

Hace poco estuvo en el programa ‘Colombia ríe’ de RCN, ¿qué tal esa experiencia?
Yo no pensé en presentarme, por otros compromisos, pero al final me decidí y por fortuna pasé, viajé a Bogotá con todos los gastos pagados. Lastimosamente, el último filtro donde se seleccionaban los 20 que iban a estar en la competencia como tal, no logré pasarlo. Fue una experiencia muy grata, me medí en una producción a nivel nacional y me vieron en todo el país. Gracias a esa aparición me gané cierto reconocimiento y ahí voy, paso a paso, como le digo a todo aquel que me habla del tema.

Los artistas tenemos el deber de demostrar que el artista puede vestir, vivir y comer de la misma manera en la que lo hacen las personas que se dedican a otros oficios.

 

Usted habla mucho de dignificar el arte, dignificar el oficio de artista, ¿a qué se refiere con ello?
Yo me burlo mucho de eso en mis rutinas, porque mucha gente cree que el artista es esa persona que no come, que no paga servicios, que no tiene responsabilidades. Que es aquel ser que se dedica a esto por amor al arte, por alimentar el espíritu y no, ese es su trabajo.

 

En esa lógica y para terminar, ¿es Colombia un país dónde se pueda apostar por el arte como profesión?
Sí, pero es muy difícil. Ser artista es ir contracorriente, pero uno debe sostenerse, defender esto a capa y espada. Demostrar que de esto se puede vivir y se puede vivir bien. Es más, yo conocí Argentina y República Dominicana, gracias al teatro. He estado en hoteles cinco estrellas y no he pagado un peso gracias a él.

Redactado por: Dúver Pérez