Son bogotanos, han recorrido todo el mundo, ¿qué ofrece el público bogotano que no tiene el resto del planeta?

La alegría y la diversidad que tiene Bogotá, el amor que la gente tiene por nuestra salsa, es algo único, además, como la banda es bogotana, esto genera un sentido de pertenencia del publicó hacia la orquesta.

Aparte de los premios ya obtenidos como orquesta, ¿cuál ha sido el momento que más les ha traído satisfacción?

Muchos.En primer lugar, ver a la gente cómo disfruta y goza con nuestra música y el reconocimiento que nos tienen. Tenemos en nuestros corazones muchos lugares, muchas personas y, en nuestras mentes, momentos especiales de cada concierto que hemos vivido.En este momento recuerdo el gran concierto de Tempo Latino, en una región al sur de Francia que se llama Vic-Fezensac, hemos estado en cinco versiones de este gran festival y nos han hecho varios homenajes y reconocimientos, pero la gente allí, es muy especial, nos invaden de alegría de amor y de felicidad.

Son 15 años de historia, ya que evocan la salsa setentera, ¿son un producto terminado? ¿Cuál es la ruta a seguir?

Bueno, estamos siempre explorando nuestra identidad, buscando más de nuestra esencia para alegrar corazones, para poner a bailar a los bailadores, y es un camino de siempre re descubrirse y reinventarse.

¿Cuál es la misión que tienen como artistas, como músicos que están cumpliendo con La 33?

Bueno, transmitir un mensaje de llevar alegría a la gente, donde podamos hacer un lindo intercambio de energía entre el público y la orquesta.

Son prácticamente los mismos desde el 2001, algo esencial en la historia de La 33, ¿cuál ha sido la clave para mantenerse igual?

Seguimos siendo casi todos los mismos desde el inicio.Algunos músicos han continuado su camino por otros senderos, pero en su mayoría, somos los mismos, y la clave de poder continuar y mantenernos juntos es nuestro interés por la música, por poner a gozar a la gente y hacer lo que nos gusta.

¿Cómo es la rutina de trabajo de esta orquesta, que antes de serlo, está conformada también por amigos?

Claro, somos amigos, también compartimos muchas cosas de nuestras vidas personales, compartimos mucho de nuestro tiempo y eso nos hace más amigos. Nuestra rutina permanente consiste en crear música, hacer ensayos, afianzar lo que tenemos y mejorar en todos los aspectos.

Son unos embajadores bogotanos por excelencia, hablemos de Bogotá, ¿cuáles son los lugares que todo el mundo debería conocer en la ciudad?

Monserrate, el Chorro de Quevedo, La Macarena, La Candelaria, lugares típicos de la salsa como Quiebracanto.

¿La calle 33, donde ustedes nacieron como orquesta,sigue siendo el centro de operaciones?

Sí, claro, ahora mismo tenemos un estudio y realizamos actividades, allí mismo tenemos la oficina, aunque ya no ensayamos allí, pues se nos creció el enano.

Hace 15 años la industria musical se sorprendía al ver a La 33 como una nueva orquesta de salsa exitosa y, sobre todo, independiente. Ahora esa industria ha cambiado debido a la aparición de YouTube, Spotify o Deezer. Hoy, gracias a los algoritmos, conocemos nuevas propuestas, ¿cómo ha evolucionado su estrategia para mantenerse autónomos?

Bueno, pues estamos en permanente búsqueda de todos estos temas, realmente es importante poder entender cómo van avanzando las redes sociales y poder usarlas como herramienta fundamental de comunicación.Creo que esto ayuda mucho a los artistas independientes, pero también toca estar en constante aprendizaje, para no quedarse colgado.

“Caliente” es su producción más reciente, mantiene la esencia y el formato ya icónico de La 33, en cuanto a sonidos e influencias,¿cuáles predominan en su quinto disco?

El quinto trabajo creo que recrea un poco más el sonido clásico de La 33, ese del primer disco, mezclando Boogaloo, salsa dura y rock, buscando consolidar cada día más ese sonido propio de La 33.

Y “El calambre”, su nuevo sencillo…

Caminando el año 2015, en la ciudad de Villavicencio, se presentaba La 33 en un lugar llamado Capachos.Sus baños eran muy particulares, consistían en figuras de indígenas despojados de vestiduras y adornando los lavamanos. David Cantillo,‘Malpelo’, al ver esta escenografía, lanzó un chiste relacionado con un calambre llanero.Esa idea quedó rondando por nuestras cabezas y de hecho esa noche nació el coro: “¡Si un calambre te da, qué problema tendrás!”.

Ya en septiembre del mismo año, en la ciudad de Jardín, Antioquia, se concretó la letra y el arreglo musical, a cargo de Alejandro Pérez y Diego Sánchez.

 

“El amor que la gente tiene por nuestra salsa es algo único”.

 

Entrevista por: Manuel Navarro – @alejonavarro_