Osbaldo “Pelusa” Hurtado, un hombre que con su talento rompió fronteras en el balompié y escribió su propia historia en países como Ecuador y Venezuela.
Nace en el reconocido hospital Mario Gaitán Yanguas el domingo 10 de septiembre de 1967, y como si fuera el destino, desde pequeño empezó pateando todo lo que veía en el piso, fue demostrando que había nacido con un talento que sus padres apoyaron todo el tiempo para que saliera adelante.
Realizó sus estudios básicos en los colegios John F. Kennedy y el Departamental de Soacha; desde su tierna edad de seis años ya era amigo de patear el balón con potencia y con la mira en llegar a pisar los emblemáticos estadios del país. Inició su formación deportiva en el Real Juventud, un equipo soachuno que sirvió como „catapulta‟ para que fuera forjando el inicio de un sueño que hasta la fecha sigue viviendo.
Hizo parte de la Selección Soacha y Cundinamarca, con las dos salió campeón; cuando tenía catorce años fue a jugar el torneo nacional juvenil en Ocaña, el equipo no salió campeón, sin embargo, en lo personal logró cumplir sus objetivos y de esta manera dar un salto para finalmente unirse a las filas de un club reconocido. “Con diecisiete años llegué a Millonarios, aunque no pagaban yo era feliz por estar en la plantilla de un equipo profesional, allí jugué la segunda liga, era con las reservas de los equipos y logramos salir campeones. Mientras que yo estaba en Millonarios, mi hermano jugaba en Santa Fe, él recibía solo el auxilio de transporte”, comentó.
A sus dieciocho años ya quería salir de la plantilla de Millonarios, pues había sido invitado para probarse en Santa Fe. “Millonarios no quería darme el pase, ellos pretendían que yo me quedara en el equipo, sin embargo, yo les dije que no podía seguir porque a mi padre lo trasladaban a otra ciudad por su trabajo, lo cual no era verdad. Me dieron el pase y de inmediato me fui para Santa Fe, allí ellos me contrataron y se convirtieron en los dueños de mis derechos deportivos”, narró entre risas. Cuando ya hacía parte del equipo de Santa Fe, fuimos a jugar el campeonato nacional sub-23, salieron campeones y de inmediato saltaron al fútbol profesional. “Francisco Whittingham, Cheo Romero, Alfonso Cañón Junior y Óscar Cortés fueron varios de los que salieron al fútbol élite conmigo. Además, mis compañeros me apodaron “Shaggy‟, ya que la barba que yo tenía estaba conformada por cuatro pelitos no más”, añadió.
Debutó en el fútbol profesional en Ecuador, pues Santa Fe lo prestó al Club Social y Deportivo Macará. En el país vecino fue adquiriendo experiencia, jugando partidos con el primer equipo para ir creciendo a nivel deportivo. Un año después volvió a Colombia, su casa, Independiente Santa Fe; donde en 1990 tuvo su primer partido con el club del cual es hincha. Héctor Javier Céspedes le dio la oportunidad de jugar el segundo tiempo en Santa Marta, cuando visitaron a Unión Magdalena e igualaron 1-1.
En 1991 marcó el que para él es el mejor gol que hizo en el fútbol profesional: “Jugamos ante Tolima en Ibagué, el partido iba 1-1, nos cometieron falta en la mitad de cancha, quedaban tres minutos por jugar, coloqué el balón y lo pateé duro, esperando que se generara algún tiro de esquina o que un compañero rematara de cabeza. Por fortuna el balón iba tan rápido al ángulo izquierdo que el arquero no lo vio y fue gol. Lo mejor de todo es que el gol se lo marqué a Hernán Torres, el hoy Director Técnico del América de Cali”, explicó.
Por su buen talento e ímpetu que demostraba en cada competencia, se fue haciendo más reconocido y de los defensas más sólidos que se conocían en esa época. En los entrenamientos, Adolfo „El tren‟ Valencia me lloraba (risas) para que lo dejara jugar. “Adolfo me decía: „Pelusita‟ déjame jugar y no me marques tanto”, a lo que Osbaldo le respondía: “No Adolfo, así como te quieres mostrar, yo también”.
De Santa Fe se fue en 1993, cuando Jorge Luis Pinto dejó de ser el Director Técnico; llegó Roberto Perfumo y no lo tuvo en cuenta para nada. Llegó al Deportes Tolima pedido por Arturo Boyacá, sin embargo, estando allí no logró jugar ningún solo minuto, por lo que pidió recomendaciones del Deportivo Táchira, uno de los equipos más grandes de Venezuela. Llegó al país bolivariano y empezó a ser figura. Con Táchira tuvieron cupo para jugar la Copa Conmebol, donde enfrentaron un equipo legendario como Alianza Lima.
Adicional al Táchira, logra jugar en otros clubes venezolanos como Llaneros de Guanare, Minervén, Carabobo, Monagas Fútbol Club (que lo dirigía Radamel García, padre de Falcao García), Nueva Cádiz (ex futbolista venezolano), hasta que en 2001 termina en Venezuela y con 35 años decide regresar a Colombia para terminar su carrera profesional en Unión Soacha.
Después de que «Pelusa‟ se retirara del fútbol, realizó varios cursos de fútbol y de entrenamiento deportivo en diferentes lugares. Hace trece años trabaja en el Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte de Soacha, es un instructor de fútbol en Compartir y es referente positivo de los futuros talentos del municipio. “Aún hay talento para el fútbol en Soacha, sin embargo, a los jóvenes de hoy se le están inculcando muchos valores, ya que antes de ser jugadores, deben ser personas dentro y fuera de la cancha”, expresó.
Osbaldo dentro de unos meses cumplirá cincuenta años y aún sigue vigente la pasión por el fútbol, suele ver partidos de fútbol en televisión y apoyando a su estimado Santa Fe; además aún práctica su amado deporte, esta vez en el Olaya, un campeonato para veteranos, allí él sigue corriendo como un pequeño y demostrando que está vigente para competir.
Está casado hace catorce años con Lola, una mujer cuya edad es treinta. De este matrimonio hay dos niños, uno de ocho años y otro de tres. Por ahora parece que Joaquín, el más pequeño, se dedicará al fútbol, pues patea el balón con la pierna izquierda y se le empieza a ver algo de talento. Por su parte, Oswaldo, el niño de ocho años también se dejó cautivar por el deporte y es aficionado al karate.
“Yo estaré jugando hasta que pueda correr. No soy una persona que piensa ya en colgar los guayos, es más, hace poco me trajeron unos guayos clásicos y muy atractivos desde Viena, Austria. Con esto quiero decir que seguiré vigente en el deporte unos años más”, ultimó.
REDACCIÓN:
Andrés Chaparro Acosta – @Andres9C4
Edward Castro Velásquez – @Edwardcastrov