Había pocas referencias en los colombianos sobre María Elisa Camargo.
¿Cómo fue el casting para conseguir el papel de Patricia Teherán?
Colombia es donde más me he sentido valorada como profesional, además fue para un papel muy importante con CMO, una productora que solo hace producciones llenas de calidad. La elección duró dos años, hice el casting solo para estar en todas las bases de datos, no fue como los otros castings que consisten en pasar varios filtros, no. Hice dos videos con el maquillador de ‘Bajo el mismo cielo’, producción que grababa en ese momento, él me caracterizó muy bien. Cuando llegó el video a Bogotá, les convenció tanto que los productores viajaron a EE. UU. para lograr un acuerdo con Telemundo, con los que aún tengo exclusividad.
¿Cómo va esa exclusividad con Telemundo?
Superbien, tanto así que cuando me dijeron que estaban superinteresados, que me querían, yo dije: “¿Pero no me quieren ver, por lo menos ? ¿No me quieren en Bogotá para ir a ganármelo?”. Me decían que no, que cómo hacían para tenerme. Les dije que estaba difícil por la exclusividad. Fue un proceso larguísimo, ya estaba planillada para otros proyectos. Al inicio dijeron que no, pero el deseo fue tan grande, que llegaron a un acuerdo que de alguna manera volvió a causar esa alianza, que ya no existía, entre Telemundo y Caracol. ¡Fue épico!
El público colombiano es muy celoso con su cultura, ¿cómo fue la reacción, específicamente, de los costeños?
Soy guayaquileña, pero ciento por ciento colombiana, de pasaporte y cedula, con madre santandereana y padre boyacense; criada en Guayaquil; luego, cinco años haciendo papeles de mexicana, imagínense la responsabilidad de sacar un acento cartagenero.
Claro, hubo críticas al acento, a la peluca, pero conforme el personaje cobraba vida en la historia, los comentarios se fueron desvaneciendo. Estamos contentos porque el objetivo iba más allá de lograr el acento, era lograr la esencia y una verdad del personaje.
¿Cuáles eran tus referencias de Patricia Teheran antes de la producción?
Después de Colombia, el mercado más importante de Patricia era Ecuador, entonces, en el barrio y en el colegio, lo que escuchaba era música colombiana, sin embargo, solo conocía “Tarde lo conocí”.
Lo bonito es que Patricia ofrece mucho desde su lenguaje corporal, su forma de cantar y encantar, porque a pesar de que no fuera estéticamente aceptada, tenía a todos hechizados, cosa que descubrí después de conocer los lugares y la gente que hace parte de su historia.
Tarde lo conocí es una bionovela interesante por las interpretaciones musicales, que son en vivo. ¿Cómo asumir semejante reto?
Este papel es lo más duro que me ha tocado hacer y, también, lo más gratificante. Como televidente lo agradezco, porque no hay nada más molesto que darse cuenta de que el que canta, solo está haciendo una fonomímica. Aquí no, el que hace de músico, interpreta los instrumentos de verdad. A varios actores les tocó aprender a tocar y a los músicos, aprender a actuar, todas las interpretaciones fueron muy humanas. Por eso para mí no fue solo un cambio de look sino también, de estilo de vida, no podía salir al sereno y llegar ronca a la grabación, eso no era una opción. Alguna vez pasó y fue terrible.
¿Cuando hablamos con María Elisa lo hacemos con una actriz que canta o una cantante que actúa?
Con una actriz que canta, respeto mucho el gremio, no tengo la técnica y no soy de academia. Aunque tampoco en la actuación. Hice muchos cursos de actuación, pero ya once años de carrera, funcionan como la mejor universidad, y me lo he ganado a punta de sudor y sangre.
Aunque la música es también muy importante para ti, ¿planeas hacer algo en el futuro?
Claro, es a lo que aspiro y proyectos como este, me abren un poco la puerta. Ahora, no es un secreto que la industria musical es difícil y la tecnología la hacen un poco compleja, y es difícil pretender vivir de la música. Tengo a mi favor una carrera de actuación que me respalda y hay que aprovecharla así. Me encantaría hacer folclor electrónico, así como Bomba Estéreo, Sistema Solar, pero más pegado al vallenato y a la cumbia, nadie lo ha hecho.
Escrito por: Manuel Navarro