Un musical que deslumbró al mundo
“La La Land”, la película que sorprendió a los cinéfilos actuales y contemporáneos, es una obra de arte en todos los aspectos en los que se puede juzgar al cine en la actualidad, pues utiliza muy bien sus recursos, en un mundo donde las grandes producciones, con cantidades incontables de dinero y nóminas de actores estratosféricas, lideran la taquilla y apenas son nombradas por la crítica.
“La La Land” logra un balance en estos aspectos, ya que, con sencillez y creatividad, nos muestra una historia coherente que puede gustar a cualquiera. La película toma el riesgo de desarrollarse como un musical, lo que en la actualidad es una desventaja, pues este género tiene poca aceptación en la audiencia y es probable el fracaso en taquilla, pero el film se arriesga y triunfa por lo alto con un mensaje muy especial y directo, logra llegar al público y conectar.
La película deleita con extensas y complejas secuencias de baile, acompañadas con música acertada para cada momento; nos transmite las sensaciones y emociones que están experimentando sus protagonistas, además, con su paleta de colores tan variada, se encarga de convertir cada locación y cada situación en una mágica atmósfera que refuerza el mensaje que la escena y el guion nos quieren compartir.
Una obra de soñadores para soñadores
En conclusión, “La La Land” es una muestra de cine puro, pues toma recursos del cine clásico y los combina con una historia mil veces contada y de diferentes formas. Además, es una película que nos enseña a tomar lo mejor de las personas que nos rodean y nos alienta a perseguir nuestros sueños, aunque vayan en contra del mundo.
El éxito de esta película refuerza el mensaje de la misma, pues, como se sabe, Damien Chazelle, el director del largometraje, es gran amante del cine clásico y la música jazz, y, en un intento por salvar y refrescar estos géneros, nos trae la triunfante y magnífica “La La land”, la ciudad de las estrellas.
Escrito por: Jeisson Guzmán