‘El Chavito’ ganó la etapa 6 del Giro D’ Italia y sigue escalando entre los mejores ciclistas del mundo.
En la mañana de hoy, ‘El Chavito’ salió vencedor de la etapa 6 del Giro, gracias a su brillante actuación ha logrado acercarse en la clasificación general. Carolina Rubio, madre del joven, desde temprana edad le inculcó un sinnúmero de valores que hoy lleva consigo en cada competencia. “Yo le arrancaba las hojas de los cuadernos cuando le faltaba una tilde o se salía de la margen, en la vida no puedes ser mediocre”.
Hace algún tiempo, Esteban Chaves sufrió una de las lesiones que más lo ha afectado, su brazo se vio comprometido y puso en riesgo su participación en el Tour de California. A pesar de la incomodidad, Carolina no se perdió uno de los momentos más brillantes. “Yo tenía en mi cabeza que el brazo lo tenía inmóvil y me preguntaba, ‘cuando llegue ¿cómo va hacer?’ Cuando veo que, efectivamente, llega a la meta y se pone erguido, se suelta, se bendice y levanta el brazo… Yo miraba el computador y decía, uno se bendice con la mano derecha (llora), me ponía al contrario del computador y decía, ‘él no lo hizo con la izquierda, fue con la derecha’ y sé que agradeció a Dios, no por el triunfo que había conseguido, sino porque su brazo se había recuperado”.
Para esta orgullosa madre, más allá de cualquier etapa, carrera o título, su mayor satisfacción pasa por la recuperación que tuvo “el Chavito” después de la grave lesión que sufrió y que afectó todo su brazo derecho. Después de varios meses, donde no se veían muestras de recuperación, Esteban, y en general toda la familia Chaves Rubio, cuestionaron los motivos que tuvo Dios para enviar tan dura prueba. Con la sabiduría que solo un padre y una madre pueden recoger de una situación tan difícil, entendieron, después de pasar por la rabia y la frustración, que no hay un porqué sino un para qué y que el tiempo de Dios es perfecto. Esteban estaba muy indiferente, la vida le daba lo mismo y algunos resultados muy buenos en carreteras de Europa, y en un mundial, dónde terminó sexto, no tuvieron relevancia para el ciclista colombiano. Dios se encargó de aterrizarlo de la peor forma.
A pesar de las lesiones, Esteban no se cansa de dejar el nombre de Colombia en alto, de enorgullecer diariamente a sus padres y rodar por la vida con una sonrisa.