Cuando no haya más espacio en el infierno, los muertos caminarán sobre la tierra

Gritos, sombras, objetos moviéndose solos, pasos cercanos, pesadillas y diferentes sensaciones de estar acompañado, hacen parte de la noche más larga del año.

Halloween se ha convertido en una festividad para todos los gustos. Los niños siempre lucen disfraces de sus superhéroes favoritos, algunos adultos reviven su infancia y también lo hacen. Sin embargo, existen otros que van más allá y experimentan lo más espeluznante.

En Colombia existen diferentes lugares que se preparan durante todo el año para recibir la época más terrorífica del año, como el Salto del Tequendama, en donde la leyenda cuenta que el famoso hotel servía como catapulta para que la gente saltara al vacío y en donde las almas de estas personas no han querido abandonar el lugar. Hay otras zonas que solo las personas con agallas se atreven a visitar, como casas ubicadas en La Candelaria, en donde se cuenta que viven diversos espantos que no dejan a la gente en paz.

A muchas personas les tiemblan las rodillas cuando les mencionan un cementerio, es allí donde uno de los más reconocidos y, quizá, el que más gente convoca en octubre, es el Central, de la capital de la República. Aunque el solo nombrarlo ya da miedo y es normal imaginar gritos, cuervos sobrevolando el lugar, puertas que se abren solas y hasta pasos cerca de uno, este se ha convertido en un lugar para un plan llamativo en cada 31 de octubre, pues para que el día y la noche sean inolvidables, llenos de pesadillas y ‘amargura’, el cementerio se encarga de poner un poco más aterrador cada rincón.

Un sinnúmero de espantos, caminatas interminables que son acompañadas por almas en pena, algunos famosos que vuelven del más allá durante el recorrido al cementerio por sentir que alteran su tranquilidad, visitas a lápidas deterioradas y un médico para evitar cualquier ataque cardíaco debido a las pulsaciones tan aceleradas que se viven dentro del Cementerio Central, hacen parte del tour que se lleva a cabo con el fin de que una vez se cruce la puerta de acceso, la persona que decidió ingresar quiera que ‘el peor día de su vida’ finalice en un abrir y cerrar de ojos… Que el pánico que lo acongoja haga parte de un sueño.

Este tour realizado dentro del cementerio, que existe desde 1836, se lleva a cabo en la noche y va acompañado de una antorcha cuya luz es tenue y no permite ver con claridad qué o quién se encuentra alrededor. En él se escuchan las historias más escalofriantes que tienen los sepultureros para contar y se contemplan luces que se mueven con rapidez en lo más recóndito del lugar las cuales generan incertidumbre y confusión entre los asistentes, haciéndolos pensar que están en el lugar más horripilante que existe. ¿Te atreves a recorrer cada espacio del cementerio?

 

Es normal que en días previos y posteriores a la vista al cementerio, se sientan extrañas presencias en casa, que de repente la puerta suene como si alguien la golpeara; es normal que la tranquilidad se ausente por unos días y hasta que se escuchen, a cualquier hora, susurros o se vean sombras pasar rápidamente en frente de tus ojos. No está de más aclarar que para un alma que esté presente en este campo terrenal, es fácil movilizarse y atormentar a quien desee.

“Cuando no haya más espacio en el infierno, los muertos caminarán sobre la tierra”. El amanecer de los muertos vivientes.

Es normal imaginar gritos, cuervos sobrevolando el lugar, puertas que se abren solas y, quizá, pasos cerca de uno

Redactado por: Andrés Chaparro Acosta