¿Por qué esta rubia platino llegó a enloquecer a los hombres y a convertirse en la mujer que todas las actrices quieren imitar? Aquí les contamos cómo fue su agitada vida y su misteriosa muerte.
Los años 60 del siglo pasado hicieron parte, sin duda, de una de las décadas más prodigiosas en la historia de la humanidad. Voy a enumerar solamente unos pocos fenómenos o sucesos de estos diez años vertiginosos y sorprendentes. La aparición en Inglaterra de grupos de rock como The Beatles o The Rolling Stones. Las revoluciones estudiantiles en Paris o en Ciudad de México. La revolución cubana. El misterioso asesinato del presidente de los Estados Unidos J. F. Kennedy, entre otros.
Y ahora imaginemos que nada de lo que acabo de enumerarles pasó, que todo fue un sueño y que lo único que se puede mencionar de esos años maravillosos fue la aparición de una hermosa rubia platino llamada Marilyn Monroe. Eso hubiera sido suficiente para que esa década pasara, por sí sola, a la historia.
Marilyn Monroe es el más famoso símbolo sexual de todos los tiempos, aunque no hubiera tenido la belleza deslumbrante de las modelos de hoy. Su cabello era rizado y rubio, siempre perfecto; sus labios rojos. Su mirada no era la de una coquetería aprendida, sino provocadora e inocente, pero tenía el poder de embrujar a la cámara, como lo demuestran las cientos de fotografías que se le hicieron y las más de 5 películas estelares que protagonizó, para así conquistar el mundo entero. Sus piernas no eran tan largas y torneadas, pero con una sola imagen, esa en la que aparece con un vestido blanco cuya falda vuela incontrolablemente cuando pasa por una rejilla de ventilación de una calle en la película de Billy Wilder, La tentación vive arriba (1955), puso a soñar a los soldados que combatían en la guerra de Vietnam y a los adolescentes de medio mundo.
No fue una cantante tan espectacular como Madonna o tan mediática como Britney Spears, pero con dos o tres canciones, cantadas en comedias musicales, pasó a la historia con un tono dulce y sensual. Y como si esto fuera poco, les voy a contar que el 29 de mayo de 1962, el día que se celebraba el cumpleaños del entonces presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, la actriz subió al escenario y le dedicó, a capela, la canción ‘Cumpleaños feliz’. Ella murió tres meses después y él, en noviembre del año siguiente.
Marilyn no se llamaba Marilyn, sino Norma Jeane Baker. Como toda diva que se respete, el nombre que le pusieron sus padres no servía para hacerla famosa. Nació el 1 de junio de 1926 en Los Ángeles, California. Después de una niñez y adolescencia un tanto turbulentas, empezó a trabajar como modelo cuando tenía 21 años y más tarde comenzó su carrera en Hollywood.
Desde los doce años sintió que su cuerpo iba a ejercer un irreprimible poder sobre los hombres, como se lo contó a uno de los tantos fotógrafos que la tuvieron como modelo, Georges Barris, en el libro Cuando crezcas serás hermosa, rica y famosa: «Cuando tenía 12 años me ponía una camisa ajustada y un suéter, y los ojos de los chicos me taladraban, me silbaban… A esa edad reventé en todas direcciones, por delante y por detrás. Mis pechos y mi trasero comenzaron a crecer. A los 13, todo el mundo decía que parecía que tenía 18, y los muchachos de 20 intentaban quedar conmigo».
Las películas más conocidas de la actriz fueron las dirigidas por Billy Wilder, La tentación vive arriba (1955) y Con faldas y a lo loco (1959). Con Niágara (1953) empezó a tener papeles más importantes, y en Los caballeros las prefieren rubias (1955), vestida de rosa y adornada con brillantes, popularizó su actuación interpretando la canción Los diamantes son los mejores amigos de las chicas. Además, fue portada de la revista Playboy y proclamada como la mujer más sexi del siglo XX por los lectores de las revistas Empire y People. Aunque no llegó a ganar un Óscar, sí consiguió dos Globo de Oro y un David de Donatello. Sin embargo, en los rodajes siempre era impuntual y desorganizada y sufría ataques de pánico y depresiones que trataba con barbitúricos.
Una cosa era frente a las cámaras, en sus papeles de niña despreocupada e inocente, y otra fue su vida personal, llena de altibajos como una montaña rusa de romances con un final no muy feliz. Se casó en varias ocasiones. Por primera vez, con James Dougherty, cuando solo tenía 16 años y aún no había despuntado en su carrera. Se divorciaron en 1946 y pasaron ocho años hasta que volvió a casarse, esta vez con el jugador de béisbol Joe DiMaggio, a quien dejó, para tener una relación con el dramaturgo Arthur Miller. Aunque solo estuvieron juntos cinco años, 1956 a 1961, su matrimonio llegó en el momento en el que la actriz estaba recibiendo más reconocimiento por parte del público. Hay muchas otras relaciones de la intérprete que han ocupado titulares. Está el chisme ese de su romance con el presidente J.F.Kennedy. Ella misma declaró que:
«la volvían loca los hombres y odiaba estar sola».
Por si faltaran razones para haberla convertido en un símbolo sexual y, en general, en un ícono de la cultura popular y de los medios masivos de comunicación, no estaría de más anotar que fue pintada por Andy Warhol y Salvador Dalí, retratada por Robert Avedon y Eve Arnold, dirigida por Billy Wilder, George Cukor y David Miller. Fueron incontables los artistas que hicieron de ella su musa.
Monroe murió el 5 de agosto de 1962, con solo 36 años, a causa de una sobredosis de hidrato de cloral y pentobarbital. La primera hipótesis que barajó la justicia estadounidense fue la del suicidio. Como consecuencia de las dudas sobre la causa de la muerte —el escenario en que encontraron el cuerpo había sido aparentemente manipulado—, se iniciaron dos investigaciones pero ninguna llegó a ofrecer conclusiones convincentes sobre los motivos de su muerte.
«Durante sus últimos días, Marilyn estuvo muy animada. Estaba llena de vida y esperaba comenzar una nueva fase en su carrera. Aunque ninguno de sus maridos y amigos la había hecho feliz, ella seguía buscando», asegura Georges Barris, en el prólogo del libro ya citado, y además concluye: «Jamás he creído que acabara con su vida. Mi convicción es que fue asesinada».
Escrito por: @macorza