Luego del desastre del tradicional evento colombiano, en el Concurso Nacional de Belleza se ve, nuevamente, luz al final del túnel, las fiestas novembrinas captaron su atención.
Fui invitado para presentar en televisión regional la coronación de la reina de la independencia. Qué mujeres más bellas, qué ambiente de apoyo de cada barrio que representan y qué buen show musical el de Yuranis León, un ejemplo del género champeta.
Por los lados del concurso nacional se activó, nuevamente, el Hilton con los periodistas especializados y los chismes por los pasillos, que es el ingrediente fundamental. Triste el cubrimiento de los dos grandes canales, los pocos conocimientos y el poco dominio del tema de sus presentadores le restaron todo el interés a los informes. Lástima la producción del Hotel las Américas de otras épocas.
Las fiestas se salvaron gracias a la revista ‘Vea’ que hizo un evento muy divertido, con un desfile de carrozas emocionante. Durante la noche de coronación, el teatro se vio bien, el show de ‘Alkilados’ un tanto apagado y el jurado falló al no incluir a ninguna afrocolombiana dentro del grupo de semifinalistas, y eso que tenían una gran belleza como la de la representante de San Andrés.
Ganó Quindío. Muy bien para la zona cafetera, pues la reina es una gran mujer que, desde su respuesta a favor de los líderes sociales, impuso su estilo. Podemos decir que Cartagena y sus fiestas resurgieron de sus cenizas, como el ave Fénix.
Por: Sergio Barbosa