Antes de entrar al escenario de los Billboard, en exclusiva, hablamos con Jessi Uribe y nos reveló algunos secretos, y lo importante que es su madre, la señora Vicky, en su vida.
Alrededor de los artistas se generan cientos de anécdotas y millones de mitos. Que nacieron con estrella, que los rezó un brujo cuando niños o que son la reencarnación de un familiar que falleció de manera prematura, son algunas de las historias que hemos escuchado de nuestros ídolos musicales.
No obstante, existen otros artistas cuya vida no está llena de misterios. Su éxito es producto de esta combinación: talento y constancia. Jessi Uribe pertenece a este segundo grupo, a pesar de que toda su vida contó con un ángel disfrazado de madre.
Es innegable que la carrera de este bumangués fue impulsada por su participación en los realities ‘Latin American Idol’ y ‘A otro nivel’, pero el éxito del que goza en la actualidad, no lo hubiese logrado sin la herencia artística de su padre, don Fernando Uribe, y sin la disciplina que le inculcó doña Vicky Ordóñez, su progenitora.
Doña Vicky es la fan número uno de su hijo y paulatinamente se ha ido acostumbrando a que cuando sale a la calle con él, cientos de mujeres se le acerquen a pedirle fotos, autógrafos, abrazos y hasta besos. También a que la agenda de su hijo esté copada y no siempre pueda tenerlo en las reuniones familiares. Hoy goza de su éxito, pero no siempre fue así, pues en un principio no quería que este se dedicara a la música.
¿Cómo es eso que en un principio doña Vicky no quería que usted se dedicara a la música?
Yo empecé a cantar desde muy pequeño. Mi papá y mi mamá se separaron cuando yo aún era un niño. Ella se separó de él porque era muy mujeriego (risas) y por esa razón no quería que yo me dedicara a la música, pero yo le insistí, le decía que era diferente.
La primera vez que canté en una presentación lo hice sin permiso, me conseguí un traje de mariachi y me volé. Cuando ella se enteró, le dio muy duro, pero yo le fui demostrando que quería ser cantante y que no sabía hacer nada más, además que era diferente a mi papá. Seguí haciendo presentaciones, a pesar del disgusto de ella, pero nunca se opuso. Con el pasar de los días, ella entendió qué es lo que me gusta y su apoyo no se hizo esperar.
Después de la separación de sus padres, ¿de qué forma cambió la relación entre usted y su madre?
Siempre hemos tenido una relación de amigos y nos hemos apoyado en todo momento, sobre todo en momento difíciles. Mi papá siempre estuvo pendiente, a pesar de que no estaba en la casa, pero ambos supieron manejar la difícil situación.
¿Le contaron o logró ver la reacción de su mamá cuando usted participó en ‘Latin American Idol’ y en ‘A otro nivel’?
En ‘American Idol’, era la primera vez que yo salía del país y me presentaba en un reality . Ella lloraba y saltaba de la felicidad. Así mismo sucedió con ‘A otro nivel’ y más alegre se ponía al ver el apoyo que la gente del país me mostraba.
Usted no le ha llevado una serenata a doña Vicky, pero hace poco le cantó en un concierto, ¿cómo vivieron ambos ese momento?
Mi mamá no toma y a ese concierto la invité y le canté. Ese día se pegó tremenda borrachera, eso gritaba que me amaba y a todo el mundo le decía ¡‘ese es mi hijo’! Los que iban llegando a la presentación la señalaban y decían, ‘ella es la mamá de Jessi’ y ella sacaba pecho. Esa es una sensación muy bonita.
De su papá le heredó el talento con la música, ¿eso de ser mujeriego también lo heredó?
¡No, yo no! (risas). Mi papá me enseñó mucho a respetar el hogar y la familia. Yo tengo un hogar muy bonito y no me lo puedo tirar por cinco minuticos por ahí.
Ya que menciona a la familia, ¿qué papel ha jugado su esposa en su carrera?
Primero, el de ser una excelente mamá y, segundo, el de apoyarme incondicionalmente. Ella ha estado luchando mano a mano conmigo. Cada que yo viajo se queda con mis cuatro hijos, y a pesar de tener su profesión, siempre les dedica tiempo a ellos.
¿Cómo ha lidiado ella con su fama, con el hecho de que vaya junto a usted por la calle y otras mujeres le pidan fotos y hasta le hagan ofrecimientos o le pidan besos?
Uno se debe a su público y yo manejo ese tema con mucho respeto. A veces las mujeres se me acercan y me piden un beso, entonces yo les digo, ‘no, démelo usted’, y así llevo mejor las cosas. Si algo pasa luego, entonces digo, ‘ah no, amor, yo no se lo di, ella me lo dio’ (risas).
Ahora hablemos del éxito del que goza en este momento. ¿Qué tal ha sido la acogida de la canción ‘Dulce pecado’ y qué otro tema tiene preparado?
El tema está sonando en todo el país, ya suma más de 60 millones de reproducciones en todas las plataformas digitales. Ahora estamos con ‘El último no’, canción que duró dos semanas siendo la más escuchada en las emisoras populares. Donde llego, me piden ambas y es muy bonito que todos reconozcan mis canciones y me digan que las repita una y otra vez.
¿Se viene alguna producción o colaboración con más artistas del género?
Ahora estamos trabajando en algo de manera conjunta con Jhonny Rivera, y por ahora puedo adelantarles que estoy trabajando con gente de México.
¿Además de la música popular ha pensado incursionar en otro género?
A mí me gusta mucho la balada ranchera, algo similar a lo que hacía Joan Sebastián y Juan Gabriel, y no descarto hacer algo parecido.
Redacción:
Duver Alexander Pérez