En la isla la vida es más sabrosa

El turismo siempre nos ha vendido la idea de que el archipiélago de San Andrés es el lugar más espectacular de Colombia, por su mar de siete colores.  Y sí, es cierto, pero realmente no es solo el mar lo que impacta dentro de este territorio, también todas aquellas manifestaciones culturales que presenta este mágico sitio lleno de rincones poco explorados, por fortuna, y que, muchos, algún día, debemos tener la oportunidad de conocer.

San Andrés no es solo un mar de siete colores, de eso estoy seguro. En 5 días y con un plan todo incluido, un plan familiar, que me pareció bueno, (aunque no es el tipo de plan turístico por el que suelo optar, ya que en los planes “guerreros” se puede conocer más y mejor), tuve la gran opción para poder iniciar un grandioso paseo que dejó en mí, y en mi familia, una bonita sonrisa y los mejores recuerdos guardados en algunas fotos y en nuestras cabezas.

Al comenzar, esta aventura se tornó algo tediosa, ya que para poder entrar a la isla se debe hacer un desembolso “irracional”  de 105.000 pesos colombianos que, para familias de 15 personas o más, se hace de un costo exorbitante. Desde ahí supimos que en San Andrés todo se paga, y al doble. Aunque dejando los precios de lado, la emoción invadía más nuestras ganas de conocer este paraíso que un tiempo antes solo veíamos en fotos y algunos videos.

San Andrés es el departamento más pequeño de Colombia, con una extensión de aproximadamente 52 kilómetros cuadrados.

Llegar a San Andrés, es llegar a un gran tesoro en el Caribe colombiano. Desde un principio, es sentir la humedad y algunas gotas de sudor que refrescan el alma invadida de felicidad luego de, por fin, aterrizar tras casi dos horas en un avión. La primera impresión, desde la carretera que conduce del aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla hasta el hotel, es amena. Se pueden apreciar muchas personas en sus motos, casas construidas con madera y espacios kilométricos en donde el mar decora toda la zona costera de la isla.

El mar es impresionante y deja ver todos los colores que describen en todos los artículos de revistas, periódicos y hasta en la televisión. El plus que tiene esta isla  es su pueblo, aquel que cuenta una historia que se ha dejado de lado por los carritos de golf y los carros lujosos que alquilan algunas empresas.

San Andrés es un lugar con contrastes, los cuales se notan, de entrada, con su lengua, el “creole english” o el inglés criollo, algo extraño para algunos turistas ya que en Colombia, el idioma principal es el español. Aunque no es difícil poder comunicarse con las personas, ya que el español es su segundo idioma. El creole, es utilizado al momento de comunicarse con las personas que habitan la isla y aunque a veces suena rarísimo, hay que entender que las raíces no se deben perder y qué mejor que un pueblo que no ha perdido su esencia idiomática, su tradición lingüística. Por otro lado, la unión familiar hace parte de su cultura, es tan así, que los barrios se encuentran organizados por familias, es decir, si su apellido es Gordon, Bend o MacNish, creció viendo a todos sus tíos, primos, hermanos, abuelos y bisabuelos.

Aunque el idioma oficial es el español, como en el resto de Colombia, los habitantes de San Andrés hablan creole, una mezcla dialéctica que combina el inglés, el español y dialectos africanos.

La danza ha sido parte de sus tradiciones más arraigadas, la cual se presenta en algunas actividades organizadas para turistas, en las que se pueden ver cuerpos bailando al ritmo de la guitarra, la mandolina, la carraca y las maracas. Entre los bailes más representativos por los nativos están el polka, el calypso, el mento y el quadrille.

En San Andrés, por ser un lugar compuesto por varias culturas, las creencias religiosas se ha venido transformando a lo largo de los años, aunque su presencia espiritual más fuerte, hace referencia a la Iglesia bautista y adventista. Aunque el catolicismo y el cristianismo, entre otras religiones, se han considerado como principales fuentes de fe en el territorio.

San Andrés cuenta con una población aproximada de 75 mil habitantes, según cifras oficiales. Aunque parezca poca, uno de los mayores problemas que vive la isla es la sobrepoblación, pues la infraestructura está dedicada, en su mayoría, a atender a los turistas.

La isla de San Andrés es un lugar que se debe visitar, pero también cuidar, es por eso que se debe ser responsable en el momento de hacer turismo dentro de ella. De igual forma, se debe cuidar el mar, y la tierra debe ser parte primordial dentro de su cuidado.

 

Redactado por: Luis Fernando Vásquez