Una de las obras más emblemáticas del teatro colombiano, estrenada en el 2002, regresa al escenario: Mosca, de Fabio Rubiano. En esta oportunidad bajo la dirección de Bernardo García y con un elenco totalmente renovado. Una pieza que estremece las más profundas fibras humanas y que cuestiona el valor de la palabra y los acuerdos. En temporada de re-estrenó de miércoles a domingo hasta el 4 de agosto, en la Santa Sede del Teatro Petra.
Mosca toma como punto de partida Tito Andrónico de William Shakespeare, la historia de dos estirpes, dos familias, que se encuentran con la esperanza que al firmar la tregua, cesará la guerra. Antes de la firma hay grandes cenas, violaciones, engaños, promesas de amor, asesinatos, mutilaciones y venganzas… atrocidades que se resuelven gracias a un dispositivo escénico, que no incluye recursos realistas, ni efectos especiales. Durante el proceso de montaje los actores y actrices encontraron en sus personajes, recursos más atroces, haciendo de esta obra un espacio donde la metáfora visual llega a su máxima expresión.
Esta pieza indaga y reconstruye sucesos contundentes que lamentablemente hoy siguen siendo vigentes desde el símbolo y el signo. Aunque enlazada con nuestra realidad, no trata de ilustrar una situación social sino ante todo construir un drama teatral (sin melodrama) con toda la carga negra del humor que provocan las atrocidades. Sin una sola gota de sangre, Mosca habla de las más oscuras manifestaciones de la naturaleza humana.
En una disposición del escenario no convencional, donde el público está ubicado alrededor de tres mesas en las cuales ocurre toda la acción dramática. Bernardo García, nueva figura de la dirección teatral, da vida a Demetrio, personaje que interpreto en la primera versión, su padre Fernando García, Junto a los actores Manuel Sarmiento, Carlos Gutiérrez, Iván Peñacué, Isabel Gaona, Rodrigo Sánchez y Roger García como la hermosa Lavinia.