Hubo un momento en que la fuente de inspiración para los chicos de Alkilados estuvo en los pupitres, los cuadernos, la infraestructura del colegio y el campus universitario.
¿Qué es lo que más recuerdan del colegio?
Juanito. A mí me gustaba mucho el teatro y recuerdo que, estando muy pequeño, un profesor se animó a confiar en una compañera y en mí para que escribiéramos y presentáramos una obra. Nos fue superbien.
Lucho. Yo estaba en todos los grupos culturales y deportivos, algo que hacía que representara mucho al colegio. Recuerdo que estaba en teatro, danza, en música, en microfútbol, fútbol, baloncesto… en todo.
¿Cuál fue el profesor que más los marcó?
Juanito. Se llama Sandra Beatriz Albarán y me dio clase en séptimo. Ella fue la profesora que me metió en el cuento de escribir, hizo que me presentara a concursos y fue agracias a ella que le cogí amor a la literatura y al arte en general.
Lucho. Fue un profesor de la universidad, se llama Efraín Suárez. Tuvimos conflictos desde el principio, pero al final de la carrera terminamos siendo muy buenos amigos. Me presionó mucho con la intención de que fuera el mejor. A él lo recuerdo con mucho cariño.
Cuéntennos algo curioso que les haya pasado en la escuela o el colegio
Juanito. Casi pierdo un año, pero no por mal estudiante, sino porque tenía la letra muy fea, pero era más un tema de afán. Cuando me dejaron en refuerzo, en cuestión de una semana, ya tenía letra bonita.
Lucho. Para el último examen, para poder graduarme e ir a la excursión, había estudiado mucho, pero al momento de presentarlo, el profesor me hizo meter debajo de la cancha del colegio porque, según él, todo el mundo me copiaba. Hasta me dijo: “Vaya pa allá, de todos modos, usted se va a sacar un 10”.
¿Qué se viene para el 2019?
Viene más música. Tenemos planeado hacer muchos lanzamientos. Van a oír mucha música de Alkilados. Viene una gira grande. Vamos a estar en Canadá, Estados Unidos y, por supuesto, en Colombia y toda Latinoamérica.
Este año esperamos que sean mínimo cinco canciones de Alkilados sonando afuera y, como decimos nosotros, esperamos que una de esas sea un palo.
Por: Duver Alexander Pérez