Tierra de paisajes y personajes históricos. Esas dos expresiones definen a la tercera localidad
más poblada de Bogotá, con alrededor
de 900.000 habitantes.

Su nombre indígena, ‘Inga-tiva’, traducido al español, significa ‘Tierra del sol’. Esta localidad se fundó en 1537, y cuentan que por aquella época existió un personaje que respondía al nombre de Diego Romero de Aguilar, según los informes empolvados de nuestra historia, pues ya nadie se interesa por aspirar el olor de un viejo libro, o por girar sus hojas manchadas y amarillentas.

Aquel hombre fue querido por los casi 10.000 habitantes de Engativá, pues tenía una encomienda de indígenas, por concesión real, y fue bautizado como ‘El primer encomendero’. A esa lista de personas recordadas en la localidad, que se ubica en el occidente de Bogotá, se suma Juan López, el primer doctrinero del lugar. Hacia 1856 y 1858, el resguardo de Engativá se distribuyó con el de Bosa, Soacha, Fontibón, Cota y Zipacón.

Desde 1737 su iglesia, Nuestra Señora de los Dolores, fue centro de peregrinaciones.

Como si fuese cuestión del destino, Engativá cuenta con hermosos humedales, llenos de vida e historias por narrar. El primero es el Parque ecológico Santa María del Lago, ubicado en la carrera 76 con calle 75, que invita a las personas a interactuar con la naturaleza y la vida animal con las que cuenta en sus once hectáreas. 
En el lugar se contempla una gran cantidad de flora como: alisos, juncos, sombrillitas de agua, arrayanes y eucaliptos. Además, aloja patos y tinguas. El segundo es el humedal Tibabuyes o Juan Amarillo, situado en la Carrera 92 con Avenida Ciudad de Cali. Su área es inferior a los tres kilómetros, sin embargo, en ese pequeño pulmón de Bogotá, se visualizan, y se  puede pasar el tiempo, con helechos de agua, buchones, elodeas, eneas, totoras, barbascos y malvaviscos.

Como si fuera poco, Engativá también ha sido testigo del crecimiento de figuras del deporte nacional. Hacia sus seis años, el ciclista Esteban Chaves, vivió en Villas de Granada. Además, los hermanos Roa Reyes han vivido durante un largo tiempo en la localidad. Juan Daniel, Nicolás y Santiago, son futbolistas que actúan en la liga local. Eso es Engativá, una historia que, entre humedales, deportes y guerra, abarca más de 900.000 habitantes.

Por
Andrés Chaparro Acosta