Los colombianos tenemos un no sé qué… que nos caracteriza. Nuestras costumbres, nuestras frases únicas y hasta nuestros gustos y combinaciones culinarias, hacen que nuestra cultura sea llamativa ante otras, en todas partes del mundo.
En esta edición especial del orgullo colombiano, en MásQver les traemos esas características que nos hacen únicos y más colombianos.
Nuestros acentos
Colombia se caracteriza por ser un territorio diverso y es por eso que los acentos son una las mejores pruebas de riqueza cultural. Los acentos costeño, paisa, rolo, cundiboyacense, valluno, pastuso, santandereano y tolimense, son especiales; y podemos reconocerlos ametros de distancia con tan solo prestar atención a expresiones como “no joda”, “ave María, pues”, “qué boleta, mano”, “ese guámbito qué se cree”, entre otras, y reconocer, también, con ellas, de qué región es el colombiano e intuir sobre sus tradiciones.
Es por eso que, si se encuentra a un colombiano fuera del país, invítelo a una “pola”, trátelo de parcero y despídase de “pico” en la mejilla, más abrazo, y termine diciéndole “se me cuida”, “cuidado por ahí” o “me avisa cuando llegue”.
Nuestros mejores dichos o frases
Es indiscutible el poder reconocer a un colombiano por el uso particular del lenguaje, y aunque los acentos no son la única manera de reconocer a un compatriota, vivir en distintas regiones trae consigo el uso de dichos populares como, “durmió conmigo anoche, o qué, que ya no saluda”, haciendo referencia a las personas que son “creídas”, o sea, algo pretenciosas y distantes.
O que tal el “mugre que no mata, engorda”, cuando nos referimos a la comida que cae al suelo; o, finalmente, el “¿usted qué come que adivina?”, haciendo referencia al poder que tienen algunas personas para anticiparse a las acciones de los demás. Las anteriores, son muestras de frases que solo se entienden en Colombia y que identifican al colombiano de pura cepa.
Nuestra gastronomía
Colombiano que se respete siempre quiere comida de su tierra, y es fácil reconocer a uno de pura cepa cuando sale del país y quiere, a los dos días, una bandeja paisa o tal vez una mazamorra, o quizás, los más arriesgados, en el desayuno, un calentado de fríjoles con maduro.
Con la comida colombiana, variada y exquisita, reconocer a un colombiano se hace más fácil. Por ejemplo, cuando tiene en su poder bombombunes, café, panela y, por qué no, un par de botellas de aguardiente de las regiones. Entonces ya sabe, amigo extranjero, cuando esté probando aguardiente antioqueño, o tal vez Néctar o Tapa Roja, fijo, es porque en su grupo de amigos, hay un colombiano rumbero con ganas de pasar un buen rato.
Nuestras celebraciones
Al colombiano, por lo general, le gusta la fiesta, es por eso que siempre está preparado para el “bochinche”, o para el “fiestón”, la “rumba” o la “farra”. Y al ritmo que le toquen, baila; o intenta bailar salsa, reguetón, cumbia folclórica. Además, agregarle movimiento de caderas a las danzas, lo delata en las fiestas. Por eso, cuando usted vea en las discotecas de otros países a una persona que llama la atención por su buena o más llamativa forma de bailar, a la fija, mijo, él es su compatriota.
Nuestros emprendedores
Colombia es un territorio de talentos diversos, y el emprendimiento es uno de ellos. Entonces no se sorprenda cuando al conocer a un emprendedor colombiano, no solo vaya a conocer nuevos productos o servicios, pues también va a llevarse hasta una muestra gratis de ellos, porque así es el colombino, echado para adelante, trabajador, pero sobre todo, luchador. Es por eso que cuando reconozca a un compatriota, ayúdelo, hablen un rato y, por qué no, vuélvanse amigos, porque nada mejor que tener a un colombiano de parcero del alma.