Enamórate de Antioquia, visita un castillo de verdad y deslúmbrate con sus hermosas exposiciones.
Basta la imaginación, en realidad muy poca, para pararse en una de sus ventanas y ver a lord Henry observando los movimientos coquetos e insinuantes de Dorian Grey; escuchar el grito de Edipo tras arrancarse los ojos con una espada, luego de enterarse de que Yocasta, la madre de sus hijos, también era su madre; u observar al señor Gatsby danzando con Daisy, en la mitad del salón, o corriendo por los prados verdes.
En el Museo El Castillo se puede situar cualquier historia sacada de una obra clásica de la literatura o de un relato quijotesco. Caminar por sus senderos es volver a las mañanas donde televisaban los cuentos de los hermanos Grimm. Ingresar a la casa que fue de la familia de don Diego Echavarría Mesas, su esposa Benedicta Zur y su hija Isolda Echavarría, es obtener un pasaje a la época de los abolengos y de los bailes al ritmo de un piano de cola interpretando la música de Beethoven, Bach y Mozart.
El lugar fue construido en 1930, pero solo hasta 1943, al ser comprado en setenta mil pesos por el señor Echavarría y su esposa alemana, empieza a ser pensado como un museo. La familia adoptó el estilo de vida de monarcas, reyes y duques, a tal punto que no dormían juntos, sino que la habitación de ambos tenía un pasaje que los comunicaba.
En la decoración de El Castillo, el cual tiene un estilo gótico medieval, hay pinturas que cualquier galería de arte o museo del mundo desearía tener exhibidas, tales como ‘La fiesta de los cardenales’ o ‘El paisaje holandés’, para citar solo dos casos.
Espejo de cristal de roca con borde de oro, alfombras persas, lámparas venecianas, vajillas con bordes de oro, una colección de más 650 cucharas de todo el mundo, candelabros en cristal baccarat o caretas mortuorias de Beethoven, son solo algunos de los invaluables objetos que se observan al caminar por el interior del museo, ubicado al sur de la ciudad de Medellín, en la Loma de los Balsos, del barrio El Poblado.
La historia de Isolda Echavarría es otro de los atractivos al momento de visitar este lugar, ya que murió cuando tan solo tenía 18 años y empezaba a estudiar Ciencias Políticas y Literatura.
Por: Duver Alexander Pérez