La risa, la comedia, el escenario y el público, llegaron a su existencia como un salvavidas o, por lo menos, como un mecanismo para no solo mostrar su inconformismo con el mundo, “estirando la jeta”, sino, además, para hacerlo
a través del humor.

 

Por: Duver Alexander Pérez
Fotos: Steeven David

 

Freddy, ¿es exagerado decir que la comedia lo salvó?
Es correcto, la comedia fue un mecanismo de expresión, ninguno de nosotros ha sido comediante porque desde niño vio ese talento, sino por convicción. La comedia es la forma de hablar de la tragedia, a uno primero le suceden cosas y luego se tiene que burlar de ello, o si no se frustra. La comedia a mí me sirvió para canalizar la frustración.

¿El comediante nace o se hace?
El comediante se hace, porque puede ser que en la cotidianidad sea muy gracioso, pero el comediante se enfrenta a un público que no conoce y es ahí donde está el reto.

Vamos al pasado, ¿recuerda su primer show?
Mi primer show lo hice en la calle, gracias a mi mentor Roberto Nield. El ‘man’ hacía un espectáculo en el Parque Bolívar de Bogotá, yo me acerqué y me enamoré de lo que él hacía, sobre todo porque él era todo lo contrario de lo que yo era: tenía fuerza en la palabra, dominio y la gente le creía. Él me fue guiando, pero en esa primera vez, me fue muy mal, sin embargo, yo seguí insistiendo. Eso fue hace 18 años, me gané mil pesos (risas).

¿Al momento de planear un show, piensa en la región donde se va a presentar o lo hace de manera generalizada?
Hay quienes dicen que existe el humor paisa, el humor rolo o el humor pastuso. Yo creo que el humor es el mismo, lo que pasa es que sí, hay que contextualizarse, por ejemplo en Medellín dicen “charro” y tal vez esa palabra no la conocen en Bogotá. Así mismo pasa con los barrios y otras características propias de las regiones, pero el humor es como el amor, es de carácter universal.

En redes sociales es muy activo, sobre todo opinando en temas de política, ¿cómo fue manejar el tema cuando estaba en televisión?
Había tres temáticas que no se podían tocar: la política, el sexo soez y la religión, y uno sí trataba de evitar esos temas. Ahora, en Twitter yo sí soy muy activo y a veces la gente sí se me va encima, pero yo creo que uno debe ser como es. Yo no tengo inclinación política, no soy de centro, de izquierda, de arriba o de abajo, pero sí opino y un buen comediante es el que dice verdades.

¿Toda su vida la ve dedicada al humor?
Yo he sido comediante en calles, bares, programas de televisión y hasta en el cine, en un futuro me gustaría hacer cine, escribir y producir. Me gustaría escribir guiones, hacer series de televisión.
¿Cómo ve el recambio generacional en la comedia?
Obviamente, no queremos competencia, entonces no los vamos a aceptar, güevón si no soy (risas). Después de ‘Comediantes de la noche’ salieron muchos comediantes y lo bueno es que hay público para todos. Si hay muchos comediantes, es bueno, mentiras, no quiero (risas).
¿Hay mucho ego en la profesión?
Sabes que no, sí son un poco divas, pero tranquilos. El comediante es aceptado por la gente porque habla de lo cotidiano y es un ‘man’ sencillo, entonces uno que sea creído, pues, no aguanta.
¿Qué se viene para el 2019?
Tengo el show ‘Qué feo es ser feo”, luego montaré un espectáculo más pequeño y con eso hasta mitad de año. Luego haré una puesta en escena sobre el posconflicto y la paz, que cuenta cómo somos los colombianos alrededor de todo esto.